miércoles, 25 de marzo de 2009

lunes, 16 de marzo de 2009

Recortes y las Maquinarias de la Alegría

"En el marco de la 5ta bienal Internacional de Arte Textil se presenta: “Recortes”.

Ante la crisis económica y ambiental actual Leonor Charvay, Paula Diringer, Luciana Gingins, Elena Iglesias, Julia Rossi, Ana Zlatkes y yo decidimos trabajar con el material de descarte de industrias textiles. La escena circundante es el punto de partida de nuestra propuesta grupal.
Lo descartado se transforma; esos pequeños recortes se acomodan uniéndose en texturas, formas y colores. Así, los materiales más simples adquieren capacidad expresiva y emoción estética. Pero no es sólo reciclar, también considerar la caída de paradigmas, de verdades que ya no lo son. Lo que antes fue útil o inútil puede cambiar su condición según el objetivo de quien lo tenga entre sus manos."

Es desde esta propuesta grupal y de un recuerdo infantil que surge mi serie "Las maquinarias de la Alegría"

Tomé le material, tratando de no variar su forma, es decir, usar el descarte en toda su magnitud, usar la forma tal cual aparecía descartada por otros, ensamblando esos recortes como piezas de un rompecabezas. Cada una esas partes no tienen razón de ser, atractivo o utilidad por si solas. Al unirlas dan por resultado estos objetos a los que llamé "Maquinarias de la Alegría"

Durante mi infancia viví rodeada de mujeres que ante la carencia económica se las ingeniaban para hacer la vida un poco mas alegre.
Una tarde, mi madre, volvió casa del trabajo con una caja que le habían regalado : Era un muestrario de telas preciosas, muchos colores y dibujos, y un montón de retazos y recortes. Esa misma noche todas la mujeres de la casa, cosieron en la Singer que yo todavía conservo. Conclusión: Al día iguiente todos los niños que habitabamos la casa (éramos 6) teníamos ropa nueva, que además hacía juego con los vestiditos de nuestras muñecas de trapo . Fue uno de los momentos mas alegres de mi niñez.
Compartir, recrear, reciclar..."puntadas, la aguja que repara", los retazos se unen y otra vez se convierten en reparadores de sueños.

No quiero con esto hacer una apología de la pobreza como estado de ingenua felicidad, las necesidades siempre dejan agujeros. A veces se pueden reparar y otras no. Pero hoy elijo conectarme con estos retacitos de colores, desde el compromiso que tienen algunas mujeres en tratar de sobrevivir, sin naturalizar la tristeza y convirtiendo una caja de telas en en un momento de alegría. Tal como en el libro de Bradbury, todos necesitamos maquinarias de la alegría. Esos resortes que se ponen en funcionamiento para ayudarnos a sobrellevar las miserias cotidianas, para transformar la realidad activamente.